sábado, 8 de junio de 2013

Dibújame un cordero...

Según cuenta mi mamá aprendí a leer a los 4 años... espontáneamente.
Sinceramente no creo que esto haya sido así. A decir verdad viví rodeada de todo tipo de textos desde antes de nacer... libros, escrituras, revistas de manualidades llamada LABORES, y la coleeción de Selecciones  Readers Digest, de la cual adoraba tres cosas: la tipografía del título en la tapa... los chistes y las historias de vida cotidiana de personajes que podrían ser reales o tal vez ficticios. También pude acceder a textos literarios infantiles de todos los géneros. Seguramente tanto estímulo, favoreció a  que aprendiera a leer convencionalmente a esa edad.
Todo papel escrito que llegaba a mis manos merecía una lectura de mi parte. Cosa que aún pasa.
Pero al llegar a los 12 años algo maravilloso pasó con respecto a los libros que caían en mis manos. Llegó él... tan ingenuo e inteligente... tan impredecible y sabio... hablo de El Principito. Desde esa época pasaron 40 años... y aún cada vez que lo leo se me eriza la piel, me sensibiliza, lo redescubro, lo leo y releo como si fuera la primera vez.
En su versión original en francés es aún mucho más emotivo, te pega más profundo...
El sábado que viene 15 de junio es el día del libro en Argentina...
Este blog que aún no sabe bien adonde va, pero que es el fiel reflejo de su escritora... tiene un homenaje al libro, a la lectura, y las miles de vidas que se pueden vivir en los personajes que los escritores con tanto amor y pasión fueron creando.

 
 
señalador tejido en hilo macrame con accesorios
de Indómito Torbellino

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